¿Cómo serán las elecciones en la nueva realidad?

21 de marzo de 2021
El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud – OMS, declaró al COVID-19 como una pandemia. Cuarenta días antes, el 30 de enero de 2020, habían informado al mundo que el brote de coronavirus constituía una emergencia internacional de salud pública, luego de que el gobierno de China reportara a esa […]

El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud – OMS, declaró al COVID-19 como una pandemia. Cuarenta días antes, el 30 de enero de 2020, habían informado al mundo que el brote de coronavirus constituía una emergencia internacional de salud pública, luego de que el gobierno de China reportara a esa entidad los primeros casos de una nueva y desconocida neumonía, originada en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei. Desde entonces, la crisis sanitaria generada por el COVID-19, al finalizar julio, deja en el mundo 17 millones de personas contagiadas y casi de 700 mil fallecidas, según información de la Universidad Johns Hopkins . Bajo este marco, los procesos electorales, propios de una sana democracia, se realizan en Latinoamérica y el mundo.

Ante esto, es necesario entender que la pandemia incide en el escenario electoral y que quien mejor lo interprete logrará descifrar a un electorado profundamente afectado por esta crisis. Para iniciar debemos entender que esta pandemia ha puesto en evidencia una serie de problemas que, como sociedad, veníamos arrastrando y ha precipitado una serie de crisis adicionales que empezamos a sentir. LAS CRISIS QUE REVELÓ LA PANDEMIA • Crisis sanitaria Ningún país en el mundo estuvo preparado para la pandemia, es una verdad lastimera, y que hizo evidente que temas importantes para la sociedad, como la salud, han estado relegados del discurso y de las acciones políticas.

 En Latinoamérica se sumó el hecho de que la mayoría de países no tuvieron capacidad para reaccionar oportuna y acertadamente. Recomendaciones básicas realizadas por la OMS se implementaron en nuestros países de forma desigual y poco efectiva, lo que ha alargado el proceso de salida de la cuarentena y ha retardado la toma de medidas para la recuperación económica.

  • Crisis global y retorno al nacionalismo ¡¡¡Se cerraron las fronteras en el mundo!!! Y pensar en un regreso rápido a la normalidad, tal como la que vivíamos antes de la pandemia, resulta casi una ficción.

 Pero a este cierre se le debe sumar el hecho que desde hace varios años somos testigos de la implementación de políticas nacionalistas y de repliegue económico que ponen en entredicho el proceso de globalización. Un ejemplo de ello son los EEUU, con Donald Trump y su guerra comercial con China; o, Inglaterra, con el Brexit y la crisis de la Unión Europea. Esto implica que los países de LATAM deben priorizar, hoy más que nunca, como política de estado, el multilateralismo; sobre todo si consideramos nuestra dependencia de la exportación de commodities y el reducido tamaño de nuestros mercados. •Crisis de racionalidad La pandemia se ha ensañado con los que menos tienen, desenmascarando la enorme inequidad de nuestras sociedades.

 Se ha puesto en evidencia el débil tejido social de nuestras ciudades y los bajos niveles de empatía de sus habitantes. Nos cuesta ser solidarios y compartir, informar e informarnos adecuadamente, cooperar entre personas e instituciones. No somos moderados en el consumo. Nos queda en la retina las imágenes de los clientes de los supermercados llevándose todo el papel higiénico y comida… en una lógica de ¡sálvese quien pueda! Se ha desatado una “infodemia” que apuesta por la desinformación. Se llena las redes sociales de noticias erróneas, falsas, tendenciosas, descontextualizadas…. A la no cooperación entre países, se suma la desarticulación y agudización de los conflictos políticos en lo interno. No cooperan las personas, tampoco lo hacen los diferentes niveles de gobierno, lo que ha provocado respuestas desarticuladas, tardías, ineficientes, costosas y de bajo impacto.

  • Crisis política y de valores La degradación política se acentuó en Ecuador. Múltiples casos de corrupción han salido a la luz de la pandemia: negociados en la construcción de infraestructura hospitalaria, sobreprecios en la adquisición de insumos médicos, desaparición de equipos y medicinas de los centros hospitalarios, uso fraudulento de carnés de discapacidad para importar carros de lujo. En el ojo del huracán: varios actores políticos. Además, el fracaso de los liderazgos tradicionales (populistas) en el tratamiento de la crisis sanitaria ha sido contundente.

Su comportamiento errático y reñido con las evidencias científicas, su incapacidad y ligereza al momento de actuar, ha dejado consecuencias en las cifras de personas contagiadas y muertas por el COVID19, pero además deja gravemente herida la economía de los países.

  • Crisis económica: la crisis del hambre ¡El hambre no aguanta encierro! verdad estremecedora. Ante la falta de respuestas gubernamentales y obligados por la necesidad, miles de personas han dejado el aislamiento y se han volcado a las calles a buscar sustento, poniendo en riesgo su vida, la seguridad de sus familias, provocando una escalada incontenible de contagios, llevando a la saturación de los sistemas de salud, provocando el alargamiento de las cuarentenas y, por ende, el diferimiento de la recuperación económica de los países.

 Lamentablemente las previsiones de la CEPAL para América Latina hablan de un incremento en la cantidad de pobres en la región, que pasarán de 185 a 220 millones de personas, una escalada del 10% adicional en las cifras de desempleo, y, un retroceso de varias décadas en el desarrollo de la región. ELECCIONES EN TIEMPOS DE PANDEMIA En este contexto se realizan los procesos electorales, lo cual debe ser valorado en su real magnitud, ya que la ciudadanía demandará de sus líderes la capacidad de responder a los desafíos locales, nacionales y globales que se presentan en esta nueva realidad. Las campañas electorales, bajo este escenario, se convierten en un reto, un reto único y particular, de acuerdo al escenario de las restricciones que se mantengan en cada país y acorde al éxito o fracaso de los gobiernos al enfrentar la pandemia. ¿Qué tipo de elecciones vamos a tener? Debemos recordar que las campañas electorales son una suma de acciones comunicacionales que se realizan en tierra, aire y redes sociales, que buscan persuadir y movilizar al electorado, sobre todo al indeciso. Pero bajo este escenario, la pregunta es ¿cómo se van a realizar las campañas políticas en tiempos de pandemia? Al respecto existen diferentes posiciones, varias de las cuales se definen en los siguientes términos:

  • Campaña tradicional: estas señalan que, por el rasgo emocional de los latinoamericanos, el componente del trabajo territorial seguirá siendo tan fuerte como el de cualquier otra campaña (realización activa de puerta a puerta, eventos de abrazos y besos, tomarse fotos con partidarios y simpatizantes, entrar en la casa de los electores, compartir alimentos, reuniones y concentraciones masivas, etc).
  • Campaña en redes: las cuales se refieren a que, por la situación sanitaria que vivimos y gracias a la acelerada digitalización del mundo en estos meses, las campañas electorales se enfocarán en el espectro de internet y redes sociales.
  • Campañas innovadoras: en las que se sostiene que la estrategia de territorio seguirá teniendo importancia en función de la innovación que planteen, pero apuntan a que los componentes de aire y redes sociales cobrarán un mayor protagonismo, demandando, en ambos casos, mucha creatividad. Cabe señalar que el definir el tipo o forma de campaña electoral a implementar, afectará de forma positiva o negativa el desarrollo de la misma y el resultado final.

Claves de las nuevas campañas Sin duda alguna, las campañas electorales no serán las mismas que se realizaban antes de la pandemia. La clave estará en la capacidad de los equipos para entender los particulares escenarios territoriales, la creatividad en el desarrollo de estrategias y tácticas de campaña, en la capacidad de persuadir, enamorar y movilizar.

Algunas claves que se debe tomar en cuenta:

  1. CUIDAR AL CIUDADANO Sin duda alguna las campañas electorales en tierra deberán respetar las recomendaciones en cuanto al distanciamiento social y uso de mascarilla, para evitar consecuencias lamentables, en un escenario de latente riesgo. La crítica de los opositores, de la opinión pública y, finalmente, de la ciudadanía, podría ser una consecuencia de haber actuado con poca prudencia. Por respeto al ciudadano, las demostraciones de fuerza con cientos o miles de personas deberían mantenerse al mínimo. Al margen de las consecuencias sanitarias que estas pueden generar, dichas prácticas se convierten en elementos para la construcción de narrativas negativas desde la oposición. La presencia en espacios públicos, además de respetar los protocolos de salud, debe innovarse. En este aspecto el diálogo en espacios de encuentro social, las actividades específicas para segmentos particulares, el apropiamiento de causas, entre otros, son formas para establecer contacto.
  2. EL USO DE LA INFORMACIÓN. En política, la generación y uso de información es fundamental para la toma de decisiones. En este aspecto, contar con datos en todos los momentos del proceso electoral (pre elección, elección y pos elección) es clave. La falta de dinero, el desempleo, la inseguridad y la salud, son temas que en este momento afectan a la población y sobre ellos se construirán las propuestas, pero es necesario reconocer que cada localidad tiene su propia dinámica por lo que contar con información detallada y bien enfocada es fundamental. Se debe tener en cuenta que factores como la incertidumbre e inseguridad, generados por la pandemia, requieren medición. Esto permitirá conocer la emocionalidad que domina al elector.
  3. LA PROPUESTA. El ciudadano espera encontrar respuesta a los problemas que le afectan en estos momentos de crisis. La emocionalidad sobresaltada del elector será el abrazo que reciba al candidato durante la campaña electoral. Sin duda, el ciudadano siente enojo en una proporción inversamente proporcional a la respuesta que recibió del gobierno de turno: si no obtuvo respuesta en lo sanitario y/o económico, primará el rechazo a la política, se sentirá utilizado y decepcionado de las instituciones y de los actores políticos. Además, hay una carga muy fuerte de miedo e incertidumbre frente al futuro, por lo que el ciudadano exigirá respuestas rápidas y concretas, que le hagan sentir que el mañana es un lugar atractivo y confortable, un momento al que desea llegar.
  4. LA VALORACIÓN DEL CANDIDATO En momentos en los que la SOLIDARIDAD es un bien de alto valor y fundamental para no llegar a un estado de anomia social, es necesario entender que el elector valorará las acciones de ayuda, sobre todo aquella que busca algo más que resaltar la foto de quien regala cosas. En ese marco, las entregas de “ayuda” en medio de arranches y apretones; la organización de eventos entre incomodidad y riesgo; los regalos que resaltan con mayúsculas el NOMBRE Y APELLIDO de quien entrega, serán percibidos de forma negativa. Estar con la gente, pensar en su seguridad y en la seguridad de sus familias (a través de utilitarios para ese fin como cubre bocas, alcohol, gel desinfectante) así como empoderarse de sus necesidades, serán aspectos mejor valorados.
  5. LAS REDES SOCIALES Y LOS MEDIOS TRADICIONALES. Al haber en LATAM una población mayoritariamente joven , por ende un interesante número de electorado joven, el trabajo a través de las redes sociales sin duda será importante. La gran exposición de fakenews, actividad de trolls, uso de deepfakes y otras herramientas propias de las redes, serán formas de golpear a los candidatos y sus propuestas. No debemos olvidar que el trabajo a través de redes sociales está limitado a la población que dispone de un dispositivo, tiene acceso a internet y usa redes sociales. Es importante señalar que en países donde ya se han realizado elecciones, como República Dominicana, las llamadas telefónicas, la radio y la televisión, han sido recursos que han protagonizado un repunte en su uso. ALIANZAS. La política es el arte de sumar voluntades. Los candidatos deberán incluir voces que respalden y amplifiquen su propuesta para ser retribuidos con respaldo. Este es un gran desafío ya que nos enfrentamos a un escenario de enorme dispersión, ocasionado por la gran cantidad de candidatos y movimientos locales y nacionales participantes del proceso, lo que ocasiona fragmentación del voto por ende la elección de autoridades con un bajo nivel de legitimidad.
  6. FINALMENTE, LA PROFESIONALIZACIÓN DE LAS CAMPAÑAS POLÍTICAS. Lo cual es necesario y sano, ya que campañas profesionalmente dirigidas pueden contribuir a que el clientelismo deje de ser la moneda de cambio en época electoral (mi voto a cambio de propuestas imposibles). La información concreta, simple, oportuna y de impacto puede generar cambios. Además, el conocimiento y manejo de herramientas que profesionalmente permitan dirigir y asesorar una campaña, serán diferencias absolutas entre los candidatos que alcancen su objetivo y quienes no lo hagan.

RETOS Sin duda lo que más existe en el camino son retos. Desde la organización de las elecciones (las cuales deberán determinar aspectos como las normas de protección para garantizar la salud de las personas) hasta la forma en la que los candidatos se acercarán y serán recibidos por los ciudadanos. Todo lo que se realice debe procurar generar una percepción de seguridad en los electores. Seguridad en el proceso y en el resultado. Seguridad en que, si va a acudir a consignar su voto, no va a poner en riesgo su vida. Seguridad en que la política y sus actores pueden hacer cambios. Seguridad en un futuro mejor.

Jorge Ludeña- Revista Negocios/ Ecuador